domingo, 4 de abril de 2010

De Sudáfrica, lo mejor


Con un espumante, un Pinotage, un Sauvignon Blanc-Semillón, un Chenín Blanc, un blend entre Grenache, Syrah, Viognier y Cinsault, un Syrah y un Cabernet Sauvignon Reserve, Marie Weaver, consultora de Wines of South Africa (WOSA) trajo a Argentina algunos de los mejores exponentes del vino de ese país. La cita fue en el Hotel Park Hyatt, con el apoyo de la embajada de Sudáfrica Argentina y Simposium.

Sudáfrica es el noveno productor de vino del mundo: con 101.325 mil hectáreas cultivadas -contra las 220 mil de Argentina- mostró entre 2003 y 2008 un crecimiento del 79%, duplicando sus exportaciones en esos cinco años. En tanto, en valor por ventas en mercado interno, creció 76% en el período analizado. Este año, la cosecha de ese país tuvo una baja importante. Se produjeron 960 millones de litros, frente a los 1.130 producidos el año anterior.

La mayor producción de Sudáfrica es la de Chenín Blanc, que representa el 20% de la producción y el 30% de las blancas. Un vino propio de ese país es el Pinotage, que se logró a partir de la unión entre dos uvas, Pinot Noir y Cinsault en 1925 y que se empezó a embotellar y comercializar en los años 60. La producción de blancos se lleva el 56% del total en Sudáfrica.

El país tenía muchos viñedos antiguos de Chenín, pero muchos de ellos fueron arrancados durante los años 60. Hoy, el 40% de los viñedos tienen entre 4 y 10 años de antigüedad y una porción pequeña, 17,7% de más de 20 años.

Su suelo es uno de los más antiguos del mundo, compuesto por granito y piedra arenosa, con una de las floras más diversas del planeta: más de 10.000 especies conviven allí.

Su clima, a diferencia del de Argentina, es mediterráneo y llueve durante el invierno.

En tanto, las zonas vitivinícolas de mayor relevancia son Constantia, Stellenbosch
-donde se encuentra la famosa universidad-, Paarl y Franschhoek. También hay zonas redescubiertas, como Elim, Elgin, Swartland, Tullbach, Darling, Robertson, Walker Bay y Wellington entre otras y Elgin, donde se extienden los nuevos cultivos.

En Sudáfrica hay más de 3.800 productores de uva y 585 bodegas. La industria del vino contribuye más de un 2% al PBI de ese país y una gran fuente de empleo, sobre todo para personas marginales, sobre todo personas de color, mediante programas que invierten en su capacitación para incorporarlos al mundo del trabajo del vino.

Como en Argentina, un estudio realizado por SA Wine Industry Information & Systems (SAWIS) indica que el sector vitivinícola en Sudáfrica ha estado sometido a una escalada de impuestos (que crecieron 71% desde 2003) y sufre una sostenida presión inflacionaria.

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